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Otis es un huracán de categoría 5 que azotó por primera vez a México. Esto sucedió mientras el país pronosticaba tormenta tropical 12 horas antes. Aprovechando una masa de mar muy cálida para condensarse, Otis tocó tierra con vientos de 165 millas por hora. En el Pacífico, el huracán Otis supera a Patricia (240 km/h, 2015), Madeline (225 km/h, 1976) e Iniki (225 km/h, 1992). Hay dos aspectos importantes de Otis: su rápida intensificación y su mala predicción del fenómeno.
Intensificación rápida. Otis pertenece a ese grupo de huracanes que se intensifican rápidamente, transformándose de tormenta tropical a huracán de categoría 5 en menos de 24 horas. Una intensificación rápida significa un aumento de la velocidad del viento de al menos 30 nudos en 24 horas. En cambio, Otis realizó un salto de 60 nudos en sólo 12 horas. Según investigaciones recientes, la rápida intensificación, características compartidas por muchos huracanes que han ocurrido en los últimos años, es una de las formas en que el cambio climático se manifiesta en los huracanes. Los ciclones tropicales del Atlántico entre 2001 y 2020 tuvieron un 29% más de probabilidades de intensificarse rápidamente que entre 1971 y 2000. En los últimos años, el doble de huracanes de categoría 1 han pasado a categoría 3 o superior en 36 horas.
Los modelos digitales son un desastre. Cuanto más rápido se fortalece un huracán, más difícil es predecirlo. Pero Otis representa un ejemplo claro y extremo. La mayoría de los modelos numéricos mostraron que Otis seguiría siendo una tormenta tropical con vientos no superiores a 60 nudos. La causa de este desastre numérico aún no se conoce y será objeto de análisis por parte de la comunidad científica. Hay que decir que las previsiones sobre la intensidad de los huracanes, incluida su rápida intensificación, han mejorado en los últimos años, pero el evento de Otis demuestra que aún queda trabajo por hacer en este tipo de fenómenos que también tienen efectos catastróficos en el continente. Después de todo, estos son los casos en los que los residentes pueden dormir con una advertencia de tormenta tropical, sólo para despertarse unas horas más tarde con una advertencia inminente de categoría 5.
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