Hermano¿Cuántos años, décadas, décadas pasarán antes de que volvamos a jugar como ellos? Después de unos veinte minutos España-Alemania Enviamos este mensaje a algunos amigos, compañeros y aficionados al fútbol. Para evitar una mayor bajada de la autoestima, es mejor no informar las respuestas que ya están en la pregunta. El superior de la oficina sugirió escribirlo (es todo), sonriendo con mucha confianza «En cien años«Dos pesimistas»Nunca o tal vez nunca».
Cuando concedieron el primer gol y sintieron que su Campeonato de Europa estaba en peligro de terminar, Alemania comenzó a forzar el ritmo, jugar y crear oportunidades. España se vio sorprendida dando tumbos, algo que nunca antes había sucedido. El uno contra uno de Wirtz, que entró en carrera como Dani Olmo (para decir que ni siquiera Nagelsmann puede quejarse de la profundidad de su equipo), reorganizó el resultado y el partido. Un partido cada vez más real, no tanto bonito por su espectacularidad, sino por el carácter de ambos equipos y quizás porque ambos sintieron que estaban jugando la auténtica final de esta Eurocopa. Pudo haber acabado en penalti, lo que probablemente hubiera sido justo y hubiera permitido a Tony Cruz posponer un poco más su despedida de los campos verdes de su carrera. La verdadera pérdida aquí no es sólo para Alemania. Esto es precisión futbolística, máximo representante de un personaje moribundo, el del director puro. Ahora, cuando vemos un mal pase, pensamos en aquel que nunca falla sus pases.
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