Ayer, al menos 17 policías mexicanos fueron asesinados en emboscadas por una banda criminal desconocida en dos localidades diferentes del estado de México, a 80 kilómetros de la Ciudad de México. Fuentes oficiales informaron que el primer hecho ocurrió en el municipio de Coatepec Harinas, cuando elementos de la Policía Estatal y oficiales de instrucción de la Fiscalía Local fueron emboscados en la zona conocida como Llano Grande.
También se conoció que la policía y la justicia estaban patrullando la zona en respuesta a una denuncia sobre la presencia de una o más bandas del crimen organizado. El grupo fue atacado repentinamente por un número indeterminado de militantes, matando a 13 personas: ocho policías estatales y cinco oficiales judiciales. Poco después ocurrió otro incidente similar, aparentemente relacionado con la misma banda criminal que había trabajado en Ca ك tepec Harinas, esta vez en la localidad de Almoloia de Alquisseras.
En este caso, también, la policía se llevó la peor parte, informando cuatro muertes. En las siguientes horas, varias fuerzas de seguridad mexicanas, apoyadas por elementos de la Guardia Nacional, la Armada y el Ejército, llegaron al lugar para intentar localizar y detener a los atacantes. Fue uno de los peores ataques en México contra las autoridades policiales en los últimos años. Más peligroso que el 15 de abril de 2015, cuando pistoleros pertenecientes a la banda narcotraficante ‘Jalisco Nueva Generación’ asesinaron a 15 policías en el municipio de San Sebastián del Oeste, occidental estado de Jalisco.
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