Utilizar tecnologías basadas en el ADN para crear una nueva generación de componentes electrónicos de tamaño nanométrico y bajos costes de producción: este es el objetivo del proyecto europeo 3D-BRICKS, coordinado por el Instituto Italiano de Tecnología (IIT) con la participación de un grupo de investigación multidisciplinar distribuido entre universidades y centros de investigación de Italia y España, Alemania, Bélgica y Suiza. El proyecto ha conseguido una financiación de 3,7 millones de euros para los próximos tres años en el marco del programa marco Horizonte Europa y está coordinado por Denis Garoli, investigador del IIT y profesor de la Universidad de Módena y Reggio Emilia, y Remo Proetti Zaccaria, también investigador en el IIT. Las tecnologías actuales utilizadas en nanoelectrónica utilizan dispositivos basados en semiconductores de óxido metálico, cuyo rendimiento se acerca al máximo. La comunidad científica aún tiene que identificar tecnologías alternativas capaces de garantizar avances en potencia informática y eficiencia energética. El equipo de investigación del proyecto 3D-BRICKS se centrará en el uso de nanotubos de carbono (que tienen el mismo tamaño que un solo átomo y ofrecen propiedades físicas y químicas prometedoras) en combinación con tecnologías basadas en el ADN, con el objetivo de fabricar nanotransistores que sean completamente Innovador por su pequeño tamaño. Y alto rendimiento, costes de producción contenidos. Las técnicas actuales utilizadas para fabricar transistores de nanotubos de carbono no son en absoluto sencillas. El proyecto 3D-BRICKS presentará un enfoque biológico, en el sentido de que explotará la capacidad natural del ADN para crear estructuras 3D y 2D, considerando estructuras compuestas de ADN como modelos guía para construir transistores. Se utilizarán nanotubos de carbono individuales como los «ladrillos» (brick, en inglés) que formarán el material, metal o semiconductor, que se autoensamblará siguiendo la estructura de referencia. El uso de nanomateriales inmovilizados sobre estructuras guía hechas de ADN permitirá, por un lado, reducir la complejidad de la fabricación de transistores y los costes de producción, y por otro, obtener estructuras con resolución espacial muy pequeña, con dimensiones de doble hélice (unos 2 nm). ). De hecho, cuando una capa de material autoensamblado esté lista, los investigadores añadirán más capas mediante el mismo proceso de biofabricación, introduciendo lógica electrónica y obteniendo finalmente un nanotransistor compacto y eficiente. Por tanto, el proyecto 3D-BRICKS investigará una estrategia de biofabricación que podría permitir la creación de transistores a nanoescala más compactos y eficientes, allanando el camino para las empresas tecnológicas en un futuro próximo. Favorito
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