Los bonobos, comúnmente conocidos como chimpancés pigmeos o chimpancés pigmeos, mostraron un crecimiento pronunciado similar al humano durante la adolescencia. Así lo revela un estudio realizado por el Centro Alemán de Primates y el Instituto Leibniz para la Investigación de Primates en Göttingen y la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena, y publicado en la revista eLife.
Hasta ahora, se pensaba que el estirón puberal, caracterizado por un crecimiento repentino en altura, ocurría sólo en los humanos como un rasgo evolutivo único, pero no en otros primates. Sin embargo, este proceso, propio del desarrollo adolescente, se da en muchas especies de primates. En la investigación, los científicos utilizaron tres enfoques. En primer lugar, señalan que los problemas de tamaño y las comparaciones erróneas de las tasas de crecimiento de la longitud, altura, peso y volumen del cuerpo pueden dar lugar a interpretaciones engañosas. A continuación, el equipo de investigación aplicó un enfoque ampliamente corregido a un gran conjunto de datos de 258 bonobos que viven en el zoológico.
Estos datos incluían un aumento de peso y altura, así como varios marcadores fisiológicos relacionados con el crecimiento y la pubertad. «Encontramos fuertes crecimientos en el peso y la longitud corporal en ambos sexos», afirmó Andreas Berganel, del Instituto de Ética Konrad Lorenz de la Universidad de Medicina Veterinaria y primer autor del estudio. «Las curvas de crecimiento de peso y altura son consistentes entre sí y con patrones de niveles de testosterona e IGFBP-3 que son similares a los aumentos hormonales en la adolescencia en humanos», dijo Berganel. En un tercer paso, se reinterpretaron los datos publicados en otros estudios con primates no humanos. Los resultados mostraron que el crecimiento acelerado de la adolescencia en peso y altura se produjo no sólo en los bonobos, sino posiblemente también en otros monos.
«Nuestros resultados subrayan la importancia de tener en cuenta las leyes de medición al interpretar las curvas de crecimiento», concluye Verena Behringer, científica del laboratorio de endocrinología del Centro Alemán de Primates y autora principal de esta publicación. «Además, nuestros datos muestran que pronunciados estirones de crecimiento similares a los humanos, con respecto al peso y la longitud corporal, no sólo se encuentran en los bonobos, sino probablemente también en muchos otros primates no humanos». Favorito
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