El software de aprendizaje automático puede facilitar la predicción de peligros sísmicos. Así lo sugiere un estudio, publicado en la revista Earthquake Spectra, realizado por científicos de la Universidad de Texas en Austin, quienes recopilaron y analizaron datos sobre el terremoto de magnitud 6,3, ocurrido en 2011 en Christchurch, Nueva Zelanda. El equipo, dirigido por Maria Giovanna Durant y Elaine Rathy, ha desarrollado un modelo de aprendizaje automático capaz de predecir el peligro de un terremoto. «Elegimos características de entrada específicas que se ajustan al fenómeno estudiado – explica Durante – tratamos de combinar el modelo con nuestro conocimiento científico». El equipo de investigación utilizó datos del terremoto de Christchurch y probó el modelo en 2,5 millones de sitios alrededor del epicentro para determinar el desplazamiento del terremoto. La precisión para detectar la licuefacción, un fenómeno geológico asociado a menudo con los terremotos, fue del 80 por ciento, mientras que la efectividad para cuantificar el desplazamiento fue de aproximadamente el 70 por ciento. Los investigadores utilizaron la supercomputadora Frontera en el Centro de Computación Avanzada de Texas (TACC), uno de los más rápidos del mundo, para entrenar y probar el modelo. «Esperamos que este programa ayude a guiar los esfuerzos de socorro en caso de un terremoto – comenta Rathje – los equipos de emergencia necesitan orientación sobre las áreas con mayor riesgo de colapso, con el fin de enfocar los esfuerzos de intervención». Los expertos enfatizan que continuarán mejorando el modelo de aprendizaje automático y que se necesita más investigación para desarrollar modelos de aprendizaje automático que sean aplicables a otros eventos sísmicos y diferentes entornos geológicos.
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