De hecho, Cristóbal Colón nunca llegó a México. A pesar de esto, su estatua, que siempre ha tenido un lugar de honor en el Paseo de la Reforma, una de las principales calles de la Ciudad de México, nunca regresará a su lugar.
Así lo anunció la alcaldesa de la ciudad, Claudia Sheinbaum, quien, a pesar de su título original, parece tener un motivo especial para ello.
De hecho, la estatua del explorador italiano no fue retirada -aún hoy- para protegerla del vandalismo, como ya les ha ocurrido a otras polémicas figuras que participaron en la colonización o la esclavitud, sino para una trivial restauración. Pero luego su ausencia comenzó a reflejarse.
Eliminar para restaurar
Claro, Colón es un personaje complejo, y también acabó en la cárcel, pero sus hazañas han sido elogiadas durante siglos, destacando sobre todo su ingenio y valentía.
Hoy, en América Latina, el dedo apunta sobre todo al legado colonial y al exterminio de la población indígena, que ciertamente comenzó después del descubrimiento del navegante genovés.
Por eso, tras retirar la estatua, se decidió no proceder a regresar a su base.
La estatua había sido dañada previamente durante las protestas de 1992, el 500 aniversario de la llegada de Colón a las Américas.
En lugar del Día de la Raza, México celebra el Día de la Raza el 12 de octubre, un festival que reconoce la «herencia mixta indígena y europea» de México.
Escultura para celebrar el cetro
Para honrar a esas civilizaciones precolombinas, el escultor Pedro Reyes creará una estatua de una mujer olmeca. Se cree que el pueblo olmeca fue una de las primeras grandes civilizaciones de lo que se convertiría en México.
Dijo el escultor.
Pero la estatua de Colón no será desechada de todos modos: solo se trasladará al Parque América, que es un poco menos visible, en un parque en el distrito de Polanco.
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