El primer mapa del Caribe fue robado. Se cree que sus autores son el arzobispo y dibujante español Juan Rodríguez de Fonseca, nacido en Arona y fallecido en Granada, y el historiador y geólogo Pietro Martier d’Angangolo. La policía española investiga el robo de un valioso documento publicado en 1514. El descubrimiento de la desaparición se hizo hace dos años, pero solo ahora se ha hecho eco en los medios de comunicación, ya que desde entonces los investigadores han reabierto el archivo archivado. En octubre de 2019, el mapa iba a estar expuesto en una exposición en Burgos. Se cree que se colocó en un libro de la Catedral de Balancia en Castilla y Lyon. De hecho, los observadores de la exposición se dieron cuenta de que el mapa enviado para la iniciativa cultural se refería al Río de la Plata. La verdad se anunció de inmediato, pero no se hizo pública. «Sin embargo, el abogado retiró el expediente porque no pudo identificar a los responsables de la desaparición», escribe el diario El País. Ahora que se han reanudado las investigaciones, confirmó a los medios locales Ángel de la Torre, arzobispo de la Catedral de Balancia, pero el misterioso mapa aún no se ha descubierto. Debido a sus estudios en los Estados Unidos entre 1511 y 1530, el documento fue atribuido a un humanista de ascendencia aroniana.
No hay duda de que Pietro Martire d’Angiscio nació en la región de Novara del lago Mahior. Su familia poseía un terreno y una casa en la zona, según el historiador Demistogil Celotti en la presentación del libro «Monto Nuo». No todo el mundo se reúne solo en la fecha de nacimiento. El erudito lo menciona citando dos cartas escritas por un viajero que fue diplomático y miembro del Consejo de Indias entre 1455 y 1459. En cambio, el apodo «d’Anghiera» recuerda a la ciudad de Angera en la orilla opuesta del lago: aquí su familia tuvo sus orígenes y ahora ha emigrado a Milán durante generaciones. En 1478 fue a Roma, siguiendo al historiador y geólogo cardenal Askanio Sforza y al arzobispo de Milán Giovanni Archimboldi. Luego siguió al embajador español López de Mendoza en su regreso a su tierra natal, comenzando a contar episodios y encuentros con personajes de la corte y círculos religiosos en letras sucesivas. Participó en viajes al exterior al servicio de España y describió los primeros contactos entre europeos y ciudadanos nativos. En el mapa faltante, primero representó el Mar Caribe y sus islas, pero también parte de las costas del Golfo de México y Sudamérica. Los territorios apelaban a la monarquía.
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