Los signos de autismo pueden ocultarse en la dificultad que tienen los niños en la primera infancia para distraerse de un evento. Una investigación italiana así lo indica publicado En el número especial de Cerebral Cortex dedicado a los fundamentos biológicos del autismo, el estudio se realizó en bebés de ocho meses. En el estudio, coordinado por la Universidad de Padua, participaron las universidades Vita e Salute de Milán y las universidades de Lecco, Bérgamo y Trento.
Los investigadores se centraron en el fenómeno de la «desconexión», es decir, la capacidad de desviar la atención de un evento hacia la exploración del mundo circundante. «Examinamos una gran muestra de niños con un desarrollo normal de tan solo 8 meses y evaluamos si en ocasiones se produce una desaceleración del mecanismo de desfijación de la atención», afirma el primer autor del artículo, Luca Ronconi, de la Facultad de Psicología. En la Universidad de California. Vita Salute Universidad San Raffaele de Milán. Y añade: «El objetivo de identificar este indicador en niños a una edad muy temprana era predecir su desarrollo comunicativo y social posterior más de un año después». «Los investigadores también querían investigar si los padres de niños con problemas de desconexión también tienen patrones de comportamiento que reflejan dificultades para modular la atención en contextos sociales y comunicativos», añade Simone Jori, del Departamento de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad de Bérgamo.
Así, resultó que “incluso en niños con un desarrollo normal, existe una fuerte relación entre un ligero deterioro del mecanismo automático de atención no fija, controlado por el circuito frontoparietal en el hemisferio derecho, y su futuro desarrollo social y comunicativo, que fue También lo confirman los “rasgos de comportamiento de los padres”, señala el director de la investigación, Andrea Facquietti, del Departamento de Psicología General de la Universidad de Padua. “La consecuencia más importante de este descubrimiento – continúa – es que se pueden aplicar programas específicos. atención, se puede desarrollar una campaña de prevención temprana de estos trastornos, cuya incidencia lamentablemente hoy parece ser baja «está en constante aumento, además de poder determinar que los niños a la edad de 8 meses tienen riesgo de desarrollar una enfermedad». trastorno en la interacción social y la comunicación, que en su forma más grave puede conducir al autismo».
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