La ciencia detrás de la siesta
La siesta de la tarde ha estado cargada de magia durante mucho tiempo, y figuras históricas como Leonardo da Vinci y Winston Churchill elogian las cualidades reparadoras de un sueño breve. Sin embargo, la ciencia detrás de este fenómeno sigue siendo un poco misteriosa. «Los estudios sobre los efectos de las siestas en la salud son contradictorios», dice la Dra. Chelsea Rorschip, neurocientífica jefa de la empresa de análisis del sueño Wesper. Sin embargo, surge un hilo común: las siestas, si están bien calibradas, pueden ser extremadamente beneficiosas.
Beneficios de una siesta corta
Para quienes disfrutan de una buena noche de sueño, las siestas breves durante el día pueden mejorar la salud del cerebro y el corazón e incluso prolongar su vida. «Una siesta energética de 10 a 20 minutos puede mejorar el estado de ánimo, aumentar la función cognitiva y aumentar la productividad», sugiere Web MD, señalando que dichas siestas pueden ser más efectivas que la cafeína para mejorar la concentración.
Cuidado con las siestas largas
El Dr. Rorchip y el Dr. Raj Dasgupta, asesor médico jefe de Sleep Advisor, advierten sobre los peligros de las siestas prolongadas. «Evite las siestas que excedan los 30 minutos. Los períodos más prolongados pueden provocar ciclos de sueño más profundos, lo que dificulta el despertar. Las siestas largas y regulares pueden indicar una mala calidad del sueño durante la noche, una condición que es precursora de diversas enfermedades».
Siestas y niños: un caso especial
Si bien los adultos necesitan reducir sus hábitos de siesta, es una historia diferente para los niños. «Los niños pequeños naturalmente necesitan dormir más que los adultos y esta necesidad disminuye con la edad», explica Dasgupta. Las siestas apoyan el desarrollo cognitivo, la preservación de la memoria y la gestión emocional en los niños, mejorando significativamente el estado de ánimo y la energía.
Consejos para tomar una siesta
Dasgupta ofrece algunos consejos finales para quienes están considerando sus patrones de siesta. “Si te sientes cansado a primera hora de la tarde y tienes la oportunidad de tomar una siesta corta, aprovéchala, pero ten cuidado de no convertirlo en un ritual diario si duermes bien por la noche y te sientes alerta durante el día, una siesta. Puede ser innecesario”, concluye. Si le resulta difícil dormir por la noche, tomar una siesta durante el día puede agravar el problema.
A medida que nuestra comprensión del sueño se profundiza, una cosa queda clara: la siesta, como cualquier otro aspecto de nuestra salud, es un arte que requiere comprensión, moderación y, sobre todo, conciencia.
Luigi Schiavo para StartNews
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