Níquel, cobalto y más: Tierras extrañas Están de regreso como campeones en la nueva fiebre del oro, todos jugando en las profundidades del Océano Pacífico. Extrema como preciosa, se caracteriza por la ausencia de luz, temperaturas cercanas a cero y una presión del aire 500 veces superior a la superficie de la Tierra. Aquí, el comercio de minerales se ha vuelto cada vez más controvertido y debatido: por un lado, la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) está tratando de implementar reglas de extracción «equilibradas», mientras que la comunidad científica y los ambientalistas se están reprimiendo. Para los expertos, se enfrentará a una «catástrofe ambiental», mientras que según las asociaciones, el objetivo de la organización es único: hacer posible la carrera.
a Error La región de Clarion-Clipperton, una región ubicada en aguas internacionales entre Hawái y México, alberga 20.000 aleaciones de metales raros, y los verdaderos tesoros, según algunos estudios, podrían ser «más ricos» que los de Congo e Indonesia, los dos más países en disputa incluso ahora en términos de extracciones. Y aunque la llanura, a diferencia del continente (pero como la mayoría de los fondos oceánicos) sigue siendo un lugar muy inexplorado, ya hay muchos contendientes interesados. De hecho, las aleaciones consisten en cobre, níquel, manganeso y cobalto en concentraciones muy altas y representan un «recurso codicioso» para los intereses de las economías del mundo: cada vez más industrias tecnológicas están recurriendo a tierras raras para fabricar baterías, accesorios y componentes clave del «punto de inflexión verde». La nueva fiebre del oro Se juega en torno a este desafío: lograr una transición energética completa lo más rápido posible, «agarrando» las materias primas necesarias. Pero el apetito comercial va en contra de las alarmas que genera La comunidad científica e ActivistasAmbos temen una nueva devastación ambiental. De hecho, las consecuencias de la minería para los ecosistemas marinos pueden ser «graves y difíciles de remediar».
A pesar de esto, los límites Minería de aguas profundasExtrayendo materiales raros de los océanos, no parece muy lejano. A nivel técnico, incluso si las tecnologías necesarias aún se están probando, a gran escala BloombergSe debe seguir el patrón: una flota de robots controlados a distancia cruza sistemáticamente el fondo del océano, barriendo la capa superficial de la corteza terrestre y recolectando los nódulos polimetálicos que encuentra en su camino. Luego, las pepitas se aspiran por una manguera hidráulica muy larga, que se conecta directamente a un recipiente de soporte en la superficie. Las máquinas a bordo del barco realizan los primeros procesos de filtración, separando los metales preciosos de los sedimentos restantes. Este último finalmente se bombea al mar.
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